Claudio Monteverdi es uno de los que descubre la posibilidad de las calidades sonoras del violín y es por ello que le usa para complementar las voces corales en su ópera "Orfeo" (1607), desde entonces el prestigio del violín comienza a crecer. Hacia esa época comienzan a hacerse conocidos ciertos fabricantes de violines, sin embargo una ciudad se hará célebre en la confección de violines: Cremona. En efecto, de Cremona son los afamados Andrea Amati, Giuseppe Guarneri y Antonio Stradivari.
Desde entonces el violin se ha difundido por todo el planeta, encontrándose incluso como "instrumento tradicional" en muchos países no europeos desde América hasta Asia.